José Miguel Sanz, director de la revista Consumidors. Delegado de la Unió de Consumidors del Vallès Occidental
Qué difícil es entender la economía y sus indicadores. Parece
indiferente si la inflación sube o baja, siempre será negativo. Cuando la
inflación es negativa los datos del consumo descienden ya que las personas consumidoras
esperamos que los productos bajen más sus precios. Pero el contrario, si es
positiva, los problemas son para las familias que con los mismos ingresos deben
llenar una bolsa de la compra cada día más cara.
Así ya podemos ver que la inflación está directamente
relacionada con el consumo y también con los ingresos familiares. Y en relación
a estos últimos existe un debate que podría marcar una gran inflexión en
nuestro futuro más inmediato: los salarios deben estar ligados a la
productividad como señalan algunos sectores, o tal y como sostienen los sindicatos
en su tesis tradicional, deben hacerlo en relación a la inflación. ¿Quién tiene
razón? Y sobre todo ¿cómo nos afecta?
La subida de precios nos obliga a cambiar nuestros hábitos
de compra, especialmente los alimenticios y de ocio. Así, la competencia entre
los productos se vuelve letal ya que el precio y la calidad definirán las
preferencias a la hora de consumir. Las famosas “marcas blancas o de empresa”
seguirán liderando, con más ventaja, el ranking de productos más vendidos ya
que su calidad/precio las hacen muy competitivas.
Otro fenómeno importante es
el esfuerzo de algunas familias por buscar, mediante cooperativas de consumo, productos
de proximidad sin intermediarios, consiguiendo ahorrar costes con una calidad destacable.
Sin embargo, nuestra sociedad vive una vorágine consumista
muy agresiva que ha hecho del consumo nuestro estatus natural. En la actualidad
hemos asumido como normales costes que anteriormente eran extraordinarios y
vinculados, esencialmente, al mundo laboral.
También con la generalización de
la domiciliación bancaria hemos perdido la capacidad de observar nuestros
gastos, dejando a los servicios profesionales de consumo toda la
responsabilidad de la reclamación ante cualquier abuso, sin ser conscientes de
nuestra propia responsabilidad.
El precio de los servicios básicos ha subido
más de un 50% en pocos años y, con la liberalización estos datos no tardarán en
volver a subir. A todos estos datos negativos hemos de añadir uno más: el
incremento de los precios no ha venido acompañado de un aumento de la calidad
de los servicios.
En estos momentos de gran incertidumbre hay que destacar el
trabajo colectivo que desde diferentes sectores se está realizando. Sindicatos,
asociaciones vecinales y de consumidores han estado liderado diferentes
plataformas con el fin de garantizar una bases sociales que protejan nuestras
familias.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada